Epístola
a los hebreos
Autor Uno de los
Padres de la Iglesia dijo: «Sólo Dios sabe quién escribió el libro de los
hebreos». La mayoría de los eruditos concuerdan con ese punto de vista. Cuando
después de la Reforma se inició la producción de versiones en lengua vulgar, la
mayoría de la gente creía que Pablo era el autor; por eso en algunas versiones
el título dice «Epístola de Pablo el Apóstol a los hebreos». Pero a partir de
entonces cada vez ha sido más pequeño el número de eruditos que creen que Pablo
en realidad escribió esta carta. Sin embargo, todavía hay quienes le atribuyen
a Pablo la paternidad de esta epístola (los antiguos, a lo largo de la costa
oriental del Mediterráneo y en torno a Alejandría, creían que él era el autor).
Otros dicen que Pablo escribió el libro en colaboración con alguien más
(Orígenes creía que las ideas eran de Pablo, la composición y el estilo de
alguno otro). Finalmente, otros afirman que la epístola es producto de una sola
pluma, quizá la de Bernabé (Tertuliano creía que Bernabé era el autor), Lucas o
Apolos (Apolos tenía capacidad para redactar en estilo pulido el griego
alejandrino de hebreos). Los primeros cristianos de Roma y de Occidente no
afirmaban saber quién la escribió. Las demás cartas que se suponen escritas por
Pablo lo declaran así en el texto mismo. Ello no ocurre en el libro de hebreos.
Las epístolas generales (excepto 1 Juan) también indican en sus textos quién es
el autor. También es verdad que el texto griego, en cuanto a vocabulario,
figuras de lenguaje, expresiones, método de argumentación y gramática, suele
tener un carácter totalmente distinto al de las epístolas tradicionalmente
atribuidas a San Pablo.
Fecha Quizá haya sido
escrita en fecha tan temprana como 60 D.C. pero ya circulaba por lo menos por
el año 95 D.C. El tono del libro sugiere la persecución de vísperas de la caída
de Jerusalén en 70 D.C.
Destinatarios No hay
certeza sobre a quién se dirigió el libro. Desde luego, el contenido del libro
deja claro que está dirigido a los cristianos judíos. Pero a los cristianos
judíos de qué ciudad, no lo sabemos. Se han sugerido Roma, Jerusalén y
Alejandrina. De ellas, la mayoría de los eruditos se inclina por Roma.
Versículo clave
hebreos 4.14: «Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los
cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión».
Propósito y tema El
autor escribe a un grupo de perseguidos cristianos judíos que, por estar en
minoría y atribulados, se ven tentados a abjurar de su fe. Argumenta que la
persona acerca de la cual hablaban las Escrituras y la profecía judaicas, es
Jesús el Cristo. ¿Quién otro podía ser, argumenta el autor, puesto que Él es
superior a sus predecesores y a los ángeles? El Nuevo Pacto que Jesús vino a
establecer y demostrar, es superior al antiguo Pacto y a la Ley de las
Escrituras judías. La lógica del autor es clara; si lo nuevo es superior a lo
antiguo, ¿por qué entonces recaer en lo viejo? Además, hay recursos
incomparablemente más preciosos en conocer a Cristo que en limitarse a conocer
la Ley del Antiguo Testamento. En hebreos tenemos la más extensa argumentación
polémica de toda la Biblia. Los argumentos procuran demostrar la preeminencia
de Cristo y de su fe por sobre la fe judaica. El libro concluye con una exhortación
en cuanto a la responsabilidad cristiana y las aplicaciones prácticas del
Evangelio. El gran capítulo de la fe, «los santos ilustres», capítulo 11, y la
afirmación del autor que Jesucristo es «el mismo ayer, hoy y por los siglos»
(13.8), han inspirado a los creyentes de todas las épocas.
Bosquejo INTRODUCCIÓN
(1.1-3)
CRISTO, SUPERIOR A
LOS ÁNGELES (1.4—2.18)
CRISTO, SUPERIOR A
MOISÉS (3.1—4.13)
CRISTO, SUPERIOR AL
SUMO SACERDOTE DEL ANTIGUO TESTAMENTO (4.14—10. 18) Cristo y Aarón (4.14—5.4)
Cristo y Melquisedec (5.5—7.28) Cristo y el Nuevo Pacto (8.1—10.18)
APLICACIÓN PRÁCTICA
(10.19—13.17) Exhortación a la firmeza (10.19-39) Ejemplos de fe (capítulo 11)
Más exhortaciones prácticas (12.1—13.17)
CONCLUSIÓN Y
BENDICIÓN (13.18-25)
Santiago
Autor Una antigua
tradición afirma que Jacobo el Justo, hermano de nuestro Señor y obispo o
encargado de la primera iglesia de Jerusalén, fue el autor de este pequeño
volumen (108 versículos). Al autor se le ha llamado «Santiago rodillas de
camello», pues según la tradición oraba tanto que se le formaron callos en las
rodillas. Santiago es una contracción castellanizada de dos palabras latinas,
sanctus Iacobus, que quiere decir san Jacobo. Hay en el Nuevo Testamento tres
personas diferentes con dicho nombre. Jacobo el hijo de Zebedeo, llamado a
veces Santiago el Mayor; Jacobo el hijo de Alfeo; y Santiago o Jacobo el
hermano de nuestro Señor, a veces llamado el Justo, o el Menor. Es a Jacobo el
Justo, o Santiago, a quien la Iglesia atribuye este libro.
Fecha Muchos creen que
este es el libro más antiguo del Nuevo Testamento, pero probablemente Gálatas
sea anterior. Puede datarse en 50 ó 51 D.C. o antes.
Destinatarios Se
dirige a las «doce tribus de la dispersión». Es muy probable que ello
signifique simplemente los judíos esparcidos por la persecución. Son los
apátridas de la antigüedad. Los eruditos los conocen como los judíos de la
diáspora, aunque debe tenerse en cuenta que hubo en la historia judía varias de
las llamadas dispersiones.
Versículos clave
Santiago 1.27: «La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta:
Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin
mancha del mundo». Santiago 2.20: «¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe
sin obras es muerta?»
Propósito y tema A
esta carta se la llama a veces «los Proverbios del Nuevo Testamento» por sus
declaraciones sustanciosas, francas y homiléticas. Santiago es franco en verdad
cuando de denunciar el pecado se trata, especialmente los pecados sutiles como
el orgullo, la murmuración, la altivez, el materialismo y el ateísmo práctico
(creer en Dios y no proceder como creyente). Siempre ha habido en la iglesia
cristiana quienes han respetado esta carta por su equilibrio y sana doctrina.
Está correcto lo de la justificación por la fe sola (que Santiago no destaca),
pero demostrarla mediante las obras (especialmente de caridad) es la piedra de
toque. Santiago presenta con cierta claridad esta piedra de toque: «La fe sin
obras es muerta». Obsérvese el énfasis sobre la religión pura (1.27), lo que
Cristo dice ser (1.1; 2.1, 7), y la regeneración individual (1.18, 21). Hay 54
mandatos en este breve libro. Compárese la enseñanza ética de Santiago con el
Sermón del Monte (Mateo 5.7).
Bosquejo SALUTACIÓN
(1.1) PIEDRA DE TOQUE DE LA FE (1.2-27) LA FE Y LAS OBRAS (capítulo 2) RESPECTO
A DOMINAR LA LENGUA (capítulo 3) CONTRA LA MUNDANALIDAD (4.1—5.6) AMONESTACIÓN
A VIVIR SANTAMENTE (5.7-20)
1
Pedro
Autor y fecha Esta
carta de Pedro (1.1) probablemente se escribió en Roma. Se emplea a Babilonia
como símbolo de Roma. Se cree que esta carta fue enviada de Roma a Asia Menor
entre los años 62 y 69 D.C.
Destinatarios Se
observará desde el comienzo mismo que este libro va dirigido a la dispersión
(los expatriados) de los cristianos en este mundo hostil. Se señalan sitios
específicos de Asia Menor (1.1)
Versículos clave 1
Pedro 4.12-13: «Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha
sobrevenido, Como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto
sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la
revelación de su gloria os gocéis con gran alegría».
Propósito y tema 1
Pedro nos recuerda un tanto el libro de hebreos, porque la gente a quien se
remite sufría gran persecución. El libro se ocupa de la actitud o disposición
de espíritu del creyente en medio del sufrimiento; y Pedro, como buen pastor,
da esperanza y aliento. Participar en los sufrimientos de Cristo (4.13)
demostrará lo genuino y probado de nuestra fe y resultará en recompensa futura
(1.67). Trata de la familia cristiana y del ciudadano cristiano. Esparcidas en
el libro hay algunas interesantes afirmaciones teológicas: por ejemplo que
Cristo, después de muerto, predicó a los espíritus encarcelados. Obsérvese el
énfasis en el acto salvador de Dios en Cristo (1.3-12) y la santidad
(1.13-2.10).
Bosquejo SALUTACIÓN
(1.1-2) SUFRIMIENTO Y SALVACIÓN (1.3-12) SUFRIMIENTO Y VIDA SANTA (1.13—3.22)
REGOCIJARSE EN EL SUFRIMIENTO (capítulo 4) EXHORTACIONES A LOS ANCIANOS Y A
OTROS MIEMBROS DE LA IGLESIA (5.1-11) OBSERVACIONES PERSONALES Y BENDICIÓN
(5.12-14)
2
Pedro
Autor y fecha Se
discute mucho respecto a quién fue el autor. Las investigaciones contemporáneas
tienden a descartar a Pedro como autor. Un vistazo al libro de Judas mostrará
sorprendente similitud con 2 Pedro (comparar Judas 4-16 y 2 Pedro 2.1-8), y el
estilo es distinto al de 1 Pedro. Añádase que los sucesos registrados en el
libro sugieren acontecimientos posteriores a la muerte de Pedro; y resulta
clara la razón de que algunos eruditos se resistan a atribuirle a Pedro este
libro. Piensan que alguna persona del siglo segundo haya escrito empleando el
nombre de Pedro (1.1) en busca de prestigio, procedimiento común en tiempos
antiguos. Pero es más consecuente que Pedro haya escrito la epístola. Algunos
de los argumentos en favor de Pedro como autor son: que existe una antigua
tradición de la iglesia que se lo atribuye; la diferencia de estilo puede
explicarse. Puede que se haya valido de un secretario diferente, o que le escribió
a un grupo distinto, etc.; 1.1 quizá no haya sido añadido sino puesto por el
mismo Pedro. En realidad, ningún argumento en contra de Pedro como el autor
genuino es insuperable. La fecha del libro probablemente se puede fijar cerca
de la muerte de Pedro en 68 D.C.
Destinatarios Según
parece, esta carta fue dirigida a una iglesia local, pero no sabemos a cuál.
Versículo clave 2
Pedro 1.21. «Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que
los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo».
Propósito y tema Como
libro un tanto apocalíptico, afirma la segunda venida de nuestro Señor. También
clama contra los males de la herejía y los maestros equivocados. Hay en el
libro declaraciones prácticas (como 1.2-7; 2.9) así como exhortaciones a
acumular conocimiento. La fe cristiana es muy real e importante.
Bosquejo SALUTACIÓN
(1.1-2)
EXHORTACIONES A VIVIR
SANTAMENTE (1.3-21) CONTRA LOS FALSOS MAESTROS (capítulo 2)
LA SEGUNDA VENIDA DEL
SEÑOR (3.1-17)
BENDICIÓN (3.18)
1 Juan
Autor y fecha La
tradición dice que Juan el Amado, miembro del círculo apostólico, fue el autor
de este libro. En el Nuevo Testamento hay cinco Juan: Juan el Bautista; Juan el
padre de Simón Pedro, Juan, miembro del Sanedrín (Hechos 4.6); Juan Marcos; y
Juan el apóstol. Fue el último quien escribió la carta conocida como 1 Juan.
Según parece, Juan la escribió en su ancianidad, quizás a comienzos del año 90
D.C.
Destinatarios Escrita
en Éfeso, esta breve carta fue probablemente una circular que debía leerse en
las iglesias individuales alrededor de aquella gran ciudad de Asia Menor.
Versículos clave 1
Juan 5.11-12: «Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y
esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene
al Hijo de Dios no tiene la vida».
Propósito y tema El
énfasis que se pone en el amor, la santidad, la vida espiritual, etc., nos
recuerda el Evangelio de Juan. También el modo de enjuiciar el pecado se
asemeja al de aquel evangelio. El énfasis en el amor es realmente hermoso;
obsérvese también la relación entre la obediencia y el amor. El amor es lo
contrario del temor, observa más adelante Juan. Jesucristo es, desde luego, muy
importante para el autor, el cual deja clara su fe en que Aquel fue un hombre verdadero
que vino a traernos vida. La clara enseñanza sobre el nuevo nacimiento se
remacha con la enseñanza de que el cristiano viva en comunión con Dios. Incluye
admoniciones contra las falsas enseñanzas; a este respecto obsérvese la
afirmación de 4.2 (véase 2 Juan 7).
Bosquejo INTRODUCCIÓN
(1.1-4) CONTRASTE ENTRE LA LUZ Y LAS TINIEBLAS (1.5—2.29) EL AMOR MANIFESTADO
EN LA OBEDIENCIA (capítulos 3—4) VIDA ETERNA MEDIANTE CRISTO (capítulo 5)
2
Juan
Autor La tradición
atribuye al mismo hombre la escritura de 1 y 2 Juan.
Fecha Probablemente
por la misma época que 1 Juan. Destinatarios Una iglesia local («la señora
elegida») y sus miembros («sus hijos»). (Véase v. 1.)
Versículos clave 2
Juan 9-10: «Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo,
no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese sí tiene al
Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no tiene esta doctrina, no lo
recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!»
Propósito y tema Este
es uno de los más breves libros del Nuevo Testamento. Nos recuerda a 2 Pedro en
su denuncia contra los maestros heréticos, y hace pensar en 1 Juan por el
énfasis en las doctrinas de Cristo y del amor cristiano. Los versículos 4 y 12
son cálidas palabras personales para la «señora y sus hijos». Algunos piensan
que hace referencia a una señora literal mientras que otros creen que habla
acerca de una iglesia de manera simbólica.
Bosquejo SALUDO Y
ALABANZA (1-4) EL ANTIGUO MANDAMIENTO DEL AMOR (5-6) NO RECIBIR A LOS FALSOS MAESTROS
(7-11) MENSAJES PERSONALES (12-13)
3
Juan
Autor El mismo de 1 y
2 Juan.
Fecha Aproximadamente
la misma de 1 y 2 Juan.
Destinatarios El
libro se dirige a cierto Gayo; pero ¿quién era éste? Nadie lo sabe a ciencia
cierta. Es un nombre corriente empleado varias veces en el Nuevo Testamento.
Puede que Gayo haya sido un líder activo de alguna iglesia local que Juan había
visitado o de la cual había oído.
Versículo clave 3
Juan 11: «Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de
Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios».
Propósito y tema Al
parecer, Juan trata de trasmitir la idea de que hay una profunda diferencia
entre la buena y la mala conducta, entre la conducta deficiente y la correcta.
Como ejemplo, contrasta a Diótrefes, un mal individuo (le gustaba «tener el
primer lugar», versículo 9), y a Demetrio, un buen creyente. En esta epístola
hay también un sano énfasis en la oración, el fiel trabajo en la iglesia, y la
integridad cristiana.
Bosquejo GAYO: ANDA
EN LA VERDAD (1-8) DIÓTREFES: SE OPONE A LA VERDAD (9-11) DEMETRIO: ALABADO POR
LA VERDAD (12) OBSERVACIONES FINALES (13-15)
Judas
Autor y fecha Dice la
tradición que Judas, hermano de nuestro Señor (Mateo 13.55), fue el autor de
este libro. Judas era un nombre común, empleado varias veces en la Biblia. Pero
este especial Judas era el hermano de Santiago. No llegó a ser creyente sino
hasta después de la resurrección (Juan 7.5; Hechos 1.14). Es imposible saber la
fecha exacta en que se escribió este libro. Puede sugerirse las décadas entre
70 y 80 D.C.
Destinatarios
Ignoramos a cuál iglesia se dirigió esta carta, pero, según parece era una
congregación acosada por la tentación y las enseñanzas heréticas. Puede que se
haya destinado a más de una iglesia, y hasta a la Iglesia en general.
Versículo clave Judas
3: «Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra
común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis
ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos».
Propósito y tema Esta
carta nos recuerda a 2 Pedro y 2 Juan por su prevención contra la herejía o
falsas enseñanzas. Si bien no destaca el contenido de la enseñanza herética, sí
subraya el carácter de los herejes. La inmoralidad (4, 7, 16), la codicia (11,
16), la rebeldía ante la autoridad (8, 11) y la mundanalidad (no tienen al
«Espíritu», versículo 19) caracterizan a quienes cultivan el espíritu
contencioso. Su condenación es como la de Sodoma y Gomorra (7). Se ve claro que
quien escribe es judío; por una parte, menciona la literatura judía. Destaca la
fe una vez dada a los santos (3), y nadie debe pasar por alto la conocida y
magníficamente bella doxología de los versículos 24-25, gran expresión de
alabanza.
Bosquejo SALUTACIÓN
(1-2) ADMONICIONES A LUCHAR POR LA FE (3-4) PRUEBAS DEL JUICIO DIVINO EN EL
PASADO (5-13) SEGURIDAD DEL JUICIO DIVINO EN EL FUTURO (14-19) NUEVAS
ADMONICIONES A LA FIRMEZA (20-23) BENDICIÓN (24-25).