HERMENÉUTICA: La hermenéutica es la ciencia de la interpretación. El
término etimológicamente se deriva del verbo griego hermeneuo, que significa
explicar, traducir, interpretar. La hermenéutica aplicada al campo de la
teología cristiana tiene por objeto fijar los principios y normas que han de
aplicarse en la interpretación de los libros de la Biblia
EXEGESIS: La exégesis (del griego exegeomai = explicar, exponer,
interpretar). La exégesis es una tarea hermenéutica. Este término se usa
actualmente para expresar la práctica de la interpretación del texto. Puede
también definirse como el proceso de reconstruir el acto comunicativo
determinando el significado o significados que para los participantes en la
comunicación haya tenido dicho acto.
REQUISITOS DEL INTERPRETE
1. GENERALES: Es decir los que debe tener en cuenta cualquier exegeta
respecto a cualquier clase de literatura y no solamente con los escritos
sagrados.
a) OBJETIVIDAD: El exegeta, sean cuales sean sus puntos de vista iniciales,
ha de acercarse con actitud muy abierta al texto, permitiendo que este lo
modifique parcial o totalmente en la medida que no se ajusten al verdadero
contenido de la escritura examinada. Si cumple honradamente su cometido lo que
haga será exégesis, no eiségesis; es decir, extraerá del texto lo que este
contiene en vez de introducir en él sus propias opiniones.
b) ESPIRITU CIENTÍFICO: Se debe prestar atención a la crítica textual, al
análisis lingüístico, a la consideración del fondo histórico y a todo cuanto
pueda contribuir a aclarar el significado del texto (arqueología, filosofía,
obras literarias más o menos contemporáneas, etc.)
c) HUMILDAD: Esta cualidad es inherente al espíritu científico. Cuanto más
se amplía el círculo de lo sabido, mayor aparece el de aquello que aún queda
por descubrir. Y aun lo que se da por cierto ha de mantenerse en la mente con
reservas, admitiendo la posibilidad de que nuevos descubrimientos o
investigaciones más exhaustivas obliguen a rectificaciones. En el campo
científico nunca se pude pronunciar la última palabra.
CAPACIDAD ESPIRITUAL: La mente, los sentimientos y la voluntad del exegeta
han de estar abiertos a la acción espiritual de la Escritura. Ha de
establecerse una sintonía con el mensaje que la Biblia proclama. Sólo el
creyente puede ahondar en el verdadero significado de la Escritura porque el
mismo Espíritu que la inspiró realiza en él una obra de iluminación que le
permite llegar, a través del texto, al pensamiento de Dios. La facultad de
discernimiento espiritual del creyente ha de ser alimentada por una actitud de
reverente dependencia de la dirección divina. Todo trabajo de exégesis debe ir
de la mano con la oración (orar bien es estudiar bien). El exegeta más que
cualquier simple lector de la Biblia, habría de hacer suya la súplica del
salmista: “Señor, abre mis ojos y miraré las maravillas de tu Ley” (sal.119:18)
REGLAS BÁSICAS PARA INTERPRETAR (siguiendo el método gramático histórico)
· Dejar que la Biblia sea su propio intérprete cada vez que sea posible.
· Tomar literalmente, lo más posible, las palabras de la Biblia. Sólo debe
buscarse el significado figurado cuando el literal carezca de sentido.
· Colocar todas las interpretaciones hechas dentro del contexto del cual
fueron tomados los pasajes, para ver si se ha cometido alguna arbitrariedad en
la interpretación.
· Ser reflexivo al hacer la interpretación. Evitar los juicios acelerados.
Buscar las razones que pudieran demostrar que su interpretación es incorrecta.
LENGUAJE FIGURADO
Se refiere a dar a las palabras un sentido diferente del sentido propio. Es
el uso de los términos en algún sentido no usual.
LAS DIFERENTES FIGURAS RETÓRICAS
Quiero que veamos diez figuras de lenguaje, sus significados y algunos
ejemplos, estas son:
A. EL SIMIL: La palabra clave que describe a esta figura SEMEJANTE. De tal
manera que hablamos de un producto similar. El concepto es una comparación que
se caracteriza por el uso de la palabra “COMO“. Veamos lo que dice el salmo
102:6 “Soy semejante al pelícano del desierto; soy como el búho de las
soledades”.
B. LA METAFORA: La palabra clave que describe esta figura es TRANSPORTAR.
Es pues dar el sentido de una palabra a otra, mediante una comparación mental.
El punto es llegar a una semejanza entre dos cosas muy diferentes, declarando
que una de ellas es la otra. Veamos Mateo 5:13-14- La sal de la tierra, la luz
del mundo. También leamos Isaías 40:7- Como hierba es el pueblo.
C. LA METONIMIA: La palabra clave que describe esta figura es DESIGNAR. Se
usa cuando se designa una cosa con el nombre de otra que le sirve de signo o
que indica una relación de causa a efecto. Un ejemplo muy expresivo de
metonimia nos lo ofrecen las palabras de Abraham en la parábola del rico y Lázaro:
“A Moisés y a los profetas tienen” (Lc. 16:29). Aquí obviamente se hace
referencia a sus escritos.
D. LA SINECDOQUE: La palabra clave que describe esta figura es RELACION. Es
pues tomar por el todo, o el todo, por una parte, o la materia de una cosa por
la cosa misma. En Exodo 4:12 el Señor le dice a Moisés “YO estaré con tu boca”
que significa contigo. La boca es una parte del todo que es el cuerpo, en este
caso Moisés.
E. LA IRONIA: La palabra clave que describe esta figura es CONTRARIO. Por tanto,
consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice; parece una burla con
el fin de hacer resaltar lo absurdo del caso.
1 Reyes 18:27- Nos presenta la burla de Elías ante los profetas de Baal.
F. LA HIPERBOLE: La palabra clave que describe a esta figura es
EXAGERACIÒN. De tal manera que consiste en exagerar para dar énfasis al
pensamiento. En Mateo 19:24 el Señor hace el punto claro tocante a cuán difícil
es para un rico dejar a su dios, las riquezas, para seguirle. Pero afirma que
no es imposible para DIOS, aunque para el hombre lo sea.
G. EL PLEONASMO: La palabra clave de esta figura es REDUNDANCIA. Los
vocablos aparentemente innecesarios dan mayor vigor al lenguaje. Ejemplo: “Y el
jefe de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó” (Gn. 40:23).
H. LA APOSTROFE: La palabra clave que describe a esta figura es DIRIGIR.
Son pues palabras dirigidas a una persona presente o ausente; a algún objeto
sin vida o a una idea abstracta, como si tuvieran vida o pudieran oírlas. En
Mateo 23:1-8 – El Señor se dirige a la gente y a sus discípulos refiriéndose
acerca de los escribas y los fariseos.
I. LA PERSONIFICACIÒN: La palabra clave que describe a esta figura es
PERSONAL. Es dar características personales a los animales, las plantas, o a
las cosas sin vida. Es atribuir a una cosa inanimada o a un ser abstracto los
sentimientos o el lenguaje de una persona. En Proverbios 8:1-4 vemos a la
sabiduría como una persona.
J. EUFEMISMO: La palabra clave que describe a esta figura es SUAVIDAD. Es
un modo de expresar con suavidad o decoro ciertas ideas. Es usar tacto para
presentar una idea que bien podría ofender a los lectores u oyentes. En las
prescripciones sobre moralidad sexual en levítico (capítulo 18) hallamos varias
expresiones eufemísticas. “Llegarse a” (v. 6) significa acercarse con el
propósito de llegar a la cópula carnal; y “descubrir la desnudez” denota el
mismo acto.
K. LA PARADOJA: La palabra clave que describe a esta figura CONTRADICCIÓN.
Consiste en emplear expresiones o frases que envuelven contradicción. Si leemos
en Santiago 1:2 tenemos sumo gozo y pruebas. La pregunta que surge es: ¿Tiene
uno sumo gozo cuando está en pruebas? Es una paradoja que luego de estudiarla
detenidamente nos da la razón o el punto que el escritor quiere hacer resaltar.
Una traducción parafraseada sería: “En el momento que caigamos en medio de
variadas pruebas, valorémoslas con gran satisfacción. Entendiendo por
experiencia que la prueba de nuestra fe producirá como resultado perseverancia”
L. LA ATENUACIÓN O LITOTE: La palabra clave de esta figura es NEGACIÓN.
Esta figura consiste en no expresar directamente lo que se piensa, sino negando
lo contrario de aquello que se quiere afirmar.
En forma de litote expresa Jesús su promesa del Espíritu Santo: “Seréis
bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días” (Hch. 1:5),
equivalente a decir a “dentro de pocos días”.
FIGURAS COMPUESTAS
M. LA ALEGORIA: Es una sucesión de metáforas, generalmente combinadas en
forma de narración, de cuyo significado literal se prescinde. Su característica
principal es la pluralidad de sus puntos de aplicación, a diferencia de la
metáfora simple en la que el punto de comparación y aplicación es solamente
uno. Si tomamos como ejemplo la alegoría del buen pastor (Jn. 10:7-18),
observamos que las palabras clave, que son otras tantas metáforas, son varias.
Además de “pastor”, encontramos “ovejas”, “rebaño”, “ladrones y bandidos”,
“asalariado”, cada una de las cuales expresa figuradamente una realidad de
diferente tipo. El pastor es Cristo; las ovejas, sus discípulos; los ladrones y
los asalariados, los falsos guías religiosos del pueblo.
Antes de proseguir hemos de hacer notar y recalcar la diferencia entre
alegoría y alegorización. La alegoría es un medio legítimo usado por algunos
autores bíblicos para enseñar. La alegorización es, como vimos, un método de
interpretación mediante el cual el intérprete da arbitrariamente a un texto un significado
que se aparta completamente del pensamiento y propósito del autor.
N. LA FABULA: Es una composición literaria en que, por medio de una
ficción, se da una enseñanza moral.
En ella intervienen seres inanimados o seres vivos irracionales que actúan
o hablan como si fuesen personas.
En la Biblia solo hay dos fábulas, contenidas ambas en el Antiguo
Testamento: (a) la de Jotán (Jue. 9:1-21), en la que con gran vivacidad y
patetismo se denuncia la torpeza de Abimelec y de los siquemitas que le
secundaron haciéndole rey. (b) La de Joás (2.R. 14:9), en el sarcástico mensaje
dirigido por el rey de Israel contra el arrogante Amasías, rey de Judá. En
ambas el contexto es suficientemente iluminador, por lo que la interpretación
no presenta ninguna dificultad.
LA
DISPENSACIÓN
Una dispensación fue
definida por Scofield como "un período de tiempo durante el cual el hombre
es probado respecto a su obediencia a alguna revelación específica de la
voluntad de Dios.”
El modelo de la historia de la salvación se ve
como tres pasos regularmente recurrentes: (1) Dios da al hombre una cantidad
específica de responsabilidades o patrones para que obedezca, (2) el hombre
falla en vivir de acuerdo con estas responsabilidades, y (3) Dios responde en
misericordia al dar una cantidad diferente de responsabilidades, es decir, una
nueva dispensación.
La
dispensación de la inocencia o libertad.
Esta dispensación incluye el tiempo en que Adán y Eva estaban en un estado de
inocencia, antes de la caída, y terminó cuando ellos pecaron mediante la
desobediencia. Se describe en Génesis 1:28 - 3:6.
Dispensación
de la conciencia. Durante ese período la "obediencia
a los dictados de la conciencia era la principal responsabilidad de mayordomía
del hombre". Terminó cuando el hombre incrementó cada vez más su maldad y
Dios le envió juicio mediante el diluvio. Esa dispensación se describe en
Génesis 4:1-8:14.
La
dispensación del gobierno civil o humano.
Durante esta dispensación Dios dio al hombre el derecho de la pena capital,
implicando con esto el derecho a desarrollar el gobierno humano. En vez de
diseminarse y llenar la tierra, el hombre expresó su rebelión al edificar la
torre de Babel. El juicio de Dios llegó mediante la confusión de las lenguas.
Ese período se describe en Génesis 8:15 -11:19.
La
dispensación de la promesa. Ese intervalo cubrió la
época de los patriarcas y recibe ese nombre por la promesa de Dios a Abraham de
una tierra y de subsecuentes bendiciones. La desobediencia de Jacob al dejar la
tierra prometida e irse a Egipto resultó en esclavitud. Se describe ese período
en Génesis 11:10 - Éxodo 18:27.
La
dispensación de la ley mosaica. Ese período se extiende
desde Moisés hasta la muerte de Cristo. Durante ese tiempo Dios dio mandamientos
que cubrían todas las fases y actividades de la vida. La falla de Israel de
permanecer en tales mandamientos llevó a la división del reino y a la
esclavitud. La dispensación de la ley se describe en Éxodo 18:28 - Hechos 1:26.
La
dispensación de la gracia. Durante ese período (que
incluye el presente) la responsabilidad del hombre es aceptar el don de
justicia de Dios. Esta edad terminará con el rechazo del hombre del don de
gracia de Dios, conduciendo a la tribulación. La dispensación de la gracia se
describe en Hechos 2:1-Apocalipsis 19:21.
La
dispensación del milenio. Durante el reino milenario,
la responsabilidad del hombre será la obediencia al gobierno personal de
Cristo. Al final de ese período estallará una rebelión y finalizará en el juicio
final. El pasaje mejor conocido que describe ese período es Apocalipsis 20.
HERMENÉUTICA
La hermenéutica es la ciencia y el arte de la interpretación bíblica.
En su sentido técnico, se define la hermenéutica como la ciencia y el arte de la interpretación bíblica.
Se le considera ciencia porque tiene reglas que pueden clasificarse en un sistema ordenado.
Se le considera arte porque su comunicación es flexible y, por tanto, pudiera distorsionarse el verdadero sentido de una comunicación si se aplican las reglas de manera rígida y mecánica.
La teoría hermenéutica se divide en dos categorías: hermenéutica general y especial.
La hermenéutica general es el estudio de las reglas que rigen la interpretación de todo el texto bíblico. Incluye el análisis histórico-cultural, contextual, léxico-sintáctico y teológico.
La hermenéutica especial es el estudio de las reglas que se aplican a géneros específicos, como parábolas, alegorías, tipos y profecía
La hermenéutica general es el estudio de las reglas que rigen la interpretación del texto bíblico en su totalidad.
La hermenéutica especial es el estudio de las reglas que rigen la interpretación de formas literarias específicas, como parábolas, tipos y profecía.
La hermenéutica no está aislada de otras esferas del estudio bíblico. Está relacionada con el estudio del canon, la crítica textual, la crítica histórica, la exégesis y las teologías bíblica y sistemática. l Entre esas diversas esferas del estudio bíblico, el aspecto que conceptualmente precede a todas las demás es el estudio de la canonicidad; es decir, la diferenciación entre aquellos libros que llevan el sello de la inspiración divina y los que no lo llevan.
Es largo pero interesante el proceso histórico por el cual algunos libros llegaron a ocupar un lugar en el canon y otros fueron excluidos, y puede hallarse en otros lugares.
Esencialmente el proceso de canonización era histórico, en el cual el Espíritu Santo guio a la iglesia a reconocer que ciertos libros tenían el sello de la autoridad divina. La esfera de estudio bíblico que conceptualmente sigue al desarrollo del canon es el de la crítica textual, algunas veces conocida como la baja crítica.
La crítica textual es el intento de determinar las palabras originales de un texto. La crítica textual es necesaria porque no tenemos los manuscritos originales, sólo muchas copias de los originales, y dichas copias contienen variantes entre ellas. Mediante una cuidadosa comparación de un manuscrito con otro, los críticos textuales realizan un servicio de incalculable valor al proporcionarnos un texto bíblico que se aproxima mucho a los escritos originales dados a los creyentes del Antiguo y del Nuevo Testamento
El término exégesis corresponde a la palabra griega exegesis, que significa explicación, interpretación. La exégesis es la aplicación de los principios de hermenéutica para entender el significado que el autor tenía en mente.
La hermenéutica (exégesis aplicada) juega un papel integral en el proceso del estudio teológico. El estudio de la canonicidad trata de determinar cuáles libros tienen el sello de la inspiración divina y cuáles no.
La crítica textual trata de averiguar la fraseología original del texto. La crítica histórica estudia las circunstancias contemporáneas que rodearon la composición de un libro en particular.
La hermenéutica es esencialmente una codificación de los procesos que por lo general empleamos a un nivel inconsciente para entender el significado que otra persona quiso trasmitir.
Es sólo cuando algo bloquea nuestra comprensión espontánea del mensaje de otra persona que reconocemos la necesidad de algún recurso para comprender lo que esa persona quería decir.
Los bloqueos a la comprensión espontánea de la comunicación de otra persona surgen cuando hay diferencias en la historia, la cultura, el idioma o la filosofía entre nosotros y el que habla.
Aproximadamente el diez por ciento del Nuevo Testamento son citas directas, paráfrasis o alusiones al Antiguo Testamento.
De los treinta y nueve libros del Antiguo Testamento, sólo nueve no son aludidos expresamente en el Nuevo Testamento. Consecuentemente, hay un conjunto significativo de literatura que ilustra los métodos de interpretación de Jesús y los escritores del Nuevo Testamento.
Se conoce la tercera esfera de estudio bíblico como la crítica histórica o alta crítica. Los eruditos de esa esfera estudian la paternidad literaria de un libro, la fecha de su composición, las circunstancias históricas que rodean su composición, la autenticidad de su contenido y su unidad literaria.
Sólo después del estudio de la canonicidad, la crítica textual y la crítica histórica, el erudito está listo para hacer exégesis. La exégesis es la aplicación de los principios de la hermenéutica para arribar a una correcta interpretación del texto.
La teología bíblica es el estudio de la revelación divina como está dada a través del Antiguo y el Nuevo Testamento. Elabora la pregunta: "¿Qué agrega esa revelación específica al conocimiento que los creyentes ya poseían en esa época?" Trata de mostrar el desarrollo del conocimiento teológico a través de las eras del Antiguo y del Nuevo Testamento.
La teología sistemática organiza la información bíblica de una manera lógica antes que histórica. Trata de colocar junta toda la información sobre un tema dado (por ejemplo, la naturaleza de Dios, la naturaleza de la vida después de la muerte, el ministerio de los ángeles) de manera que podamos comprender la totalidad de la revelación de Dios para nosotros sobre ese tema.
Las esferas de la teología bíblica y la sistemática son complementarias: juntas nos dan una comprensión mejor que si cada una se estudiara aisladamente.
Cuando interpretamos la Biblia, hay diversos bloqueos a una comprensión espontánea del significado original del mensaje.
Primeramente, hay un abismo histórico por el hecho de que nos hallamos ampliamente separados en el tiempo de los escritores y los lectores originales. La antipatía de Jonás hacia los ninivitas, por ejemplo, adquiere un mayor significado cuando comprendemos la extrema crueldad y la pecaminosidad del pueblo de Nínive.
En segundo lugar, hay un abismo cultural que resulta del hecho de que hay diferencias importantes entre la cultura de los antiguos hebreos y la nuestra. Harold Garfinkel, el controvertido sociólogo y fundador de la etnometodología, sugiere que es imposible para un observador ser objetivo y desapasionado cuando estudia un fenómeno (que en nuestro caso es el estudio de la Biblia). Cada uno de nosotros mira la realidad a través de ojos condicionados por nuestra cultura y una variedad de otras experiencias. Para usar una analogía favorita de Garfinkel, es imposible estudiar personas o fenómenos como si estuviéramos mirando un pez en un acuario desde una indiferente posición fuera del acuario: cada uno de nosotros está dentro de su propio acuario.
Aplicada a la hermenéutica, la analogía sugiere que somos peces en un acuario (nuestro propio tiempo y cultura) mirando peces que están en otro acuario (los tiempos y la cultura bíblicos).
No reconocer aquel ambiente cultural o el nuestro, o la diferencia entre los dos, puede resultar en serios malentendidos del significado de las palabras o acciones bíblicas.
Un tercer bloqueo a la comprensión espontánea del mensaje bíblico es el abismo lingüístico. La Biblia fue escrita en hebreo, arameo y griego; tres idiomas que tienen estructuras y modismos muy diferentes de los nuestros. Considérese la distorsión en el mensaje que pudiera resultar, por ejemplo, frases como "endureció Dios el corazón de Faraón", que es un modismo hebreo que significa en ese idioma algo distinto de lo comunicado por la traducción literal.
Un cuarto bloqueo importante es el abismo filosófico. Conceptos acerca de la vida, de las circunstancias, de la naturaleza del universo difieren entre varias culturas.
Para trasmitir un mensaje de forma válida de una cultura a otra, el traductor o lector debe estar consciente de las semejanzas y los contrastes de las cosmovisiones. La hermenéutica es necesaria, entonces, debido a los abismos cultural, histórico, lingüístico y filosófico que bloquean una comprensión espontánea y exacta de la Palabra de Dios.
La doble paternidad literaria. La posición ortodoxa (sigue fielmente los principios de una doctrina o que cumple unas normas o prácticas tradicionales, generalizadas y aceptadas) de la Biblia es la de autoría confluente; es decir, los autores humanos y el autor divino trabajaron juntos (fluyeron juntos) para producir el texto inspirado.
Un cuarto de controversia en la hermenéutica contemporánea es el de si los factores espirituales afectan o no la capacidad de percibir con precisión las verdades contenidas en las Escrituras.
Una escuela de pensamiento sostiene que si dos personas tienen la misma preparación intelectual para hacer hermenéutica (instruidos en el idioma, la historia y la cultura originales), los dos serán buenos intérpretes.
Una segunda escuela de pensamiento sostiene que las Escrituras mismas enseñan que la consagración espiritual, o la carencia de ella, influye en la capacidad de percibir la verdad espiritual.
Romanos 1: 18-22 describe el resultado final de una continua supresión de la verdad como un entendimiento entenebrecido.
1Corintios 2:6-14 habla de la sabiduría y los dones que son posesión potencial del creyente, pero la persona no regenerada no los posee.
Efesios 4: 17-24 describe la ceguera a las realidades espirituales que padece una persona que vive según la vieja naturaleza, y las nuevas realidades que se abren al creyente.
1 Juan 2: 11 declara que el hombre que abriga odio experimenta una ceguera, resultado del mismo odio.
En conclusión, el significado de la Palabra de Dios está contenida en las palabras de las que Él es el autor, y que es innecesario recurrir a intuiciones espirituales que no tienen el apoyo de una comprensión de esas palabras.
Uno de los ministerios del Espíritu Santo es la obra de iluminación, de ayudar a los creyentes a entender el pleno sentido del texto bíblico.
El concepto de iluminación no necesita extenderse más allá de la obra del Espíritu de explicar el pleno sentido del texto.
Es probable que de todos los problemas de controversia con implicaciones para la hermenéutica uno de los más importantes que están debatiendo los evangélicos sea el de la infalibilidad de la Biblia.
Ese asunto ha dividido a los evangélicos (los que subrayan la importancia de una salvación personal por medio de Jesucristo) en dos grupos, que Donald Masters ha llamado evangélicos conservadores y liberales.
Los evangélicos conservadores son los que creen que la Biblia está totalmente sin error.
Los evangélicos liberales son los que creen que la Biblia no tiene error cuando habla de asuntos de salvación y de la fe cristiana, pero que puede tener errores en asuntos históricos y otros detalles.
Si Jesucristo es, como creemos, el Hijo de Dios, entonces su actitud hacia las Escrituras proporcionará la mejor respuesta al asunto de la infalibilidad.
HERMENÉUTICA
La hermenéutica es la ciencia y el arte de la interpretación bíblica.
En su sentido técnico, se define la hermenéutica como la ciencia y el arte de la interpretación bíblica.
Se le considera ciencia porque tiene reglas que pueden clasificarse en un sistema ordenado.
Se le considera arte porque su comunicación es flexible y, por tanto, pudiera distorsionarse el verdadero sentido de una comunicación si se aplican las reglas de manera rígida y mecánica.
La teoría hermenéutica se divide en dos categorías: hermenéutica general y especial.
La hermenéutica general es el estudio de las reglas que rigen la interpretación de todo el texto bíblico. Incluye el análisis histórico-cultural, contextual, léxico-sintáctico y teológico.
La hermenéutica especial es el estudio de las reglas que se aplican a géneros específicos, como parábolas, alegorías, tipos y profecía
La hermenéutica general es el estudio de las reglas que rigen la interpretación del texto bíblico en su totalidad.
La hermenéutica especial es el estudio de las reglas que rigen la interpretación de formas literarias específicas, como parábolas, tipos y profecía.
La hermenéutica no está aislada de otras esferas del estudio bíblico. Está relacionada con el estudio del canon, la crítica textual, la crítica histórica, la exégesis y las teologías bíblica y sistemática. l Entre esas diversas esferas del estudio bíblico, el aspecto que conceptualmente precede a todas las demás es el estudio de la canonicidad; es decir, la diferenciación entre aquellos libros que llevan el sello de la inspiración divina y los que no lo llevan.
Es largo pero interesante el proceso histórico por el cual algunos libros llegaron a ocupar un lugar en el canon y otros fueron excluidos, y puede hallarse en otros lugares.
Esencialmente el proceso de canonización era histórico, en el cual el Espíritu Santo guio a la iglesia a reconocer que ciertos libros tenían el sello de la autoridad divina. La esfera de estudio bíblico que conceptualmente sigue al desarrollo del canon es el de la crítica textual, algunas veces conocida como la baja crítica.
La crítica textual es el intento de determinar las palabras originales de un texto. La crítica textual es necesaria porque no tenemos los manuscritos originales, sólo muchas copias de los originales, y dichas copias contienen variantes entre ellas. Mediante una cuidadosa comparación de un manuscrito con otro, los críticos textuales realizan un servicio de incalculable valor al proporcionarnos un texto bíblico que se aproxima mucho a los escritos originales dados a los creyentes del Antiguo y del Nuevo Testamento
El término exégesis corresponde a la palabra griega exegesis, que significa explicación, interpretación. La exégesis es la aplicación de los principios de hermenéutica para entender el significado que el autor tenía en mente.
La hermenéutica (exégesis aplicada) juega un papel integral en el proceso del estudio teológico. El estudio de la canonicidad trata de determinar cuáles libros tienen el sello de la inspiración divina y cuáles no.
La crítica textual trata de averiguar la fraseología original del texto. La crítica histórica estudia las circunstancias contemporáneas que rodearon la composición de un libro en particular.
La hermenéutica es esencialmente una codificación de los procesos que por lo general empleamos a un nivel inconsciente para entender el significado que otra persona quiso trasmitir.
Es sólo cuando algo bloquea nuestra comprensión espontánea del mensaje de otra persona que reconocemos la necesidad de algún recurso para comprender lo que esa persona quería decir.
Los bloqueos a la comprensión espontánea de la comunicación de otra persona surgen cuando hay diferencias en la historia, la cultura, el idioma o la filosofía entre nosotros y el que habla.
Aproximadamente el diez por ciento del Nuevo Testamento son citas directas, paráfrasis o alusiones al Antiguo Testamento.
De los treinta y nueve libros del Antiguo Testamento, sólo nueve no son aludidos expresamente en el Nuevo Testamento. Consecuentemente, hay un conjunto significativo de literatura que ilustra los métodos de interpretación de Jesús y los escritores del Nuevo Testamento.
Se conoce la tercera esfera de estudio bíblico como la crítica histórica o alta crítica. Los eruditos de esa esfera estudian la paternidad literaria de un libro, la fecha de su composición, las circunstancias históricas que rodean su composición, la autenticidad de su contenido y su unidad literaria.
Sólo después del estudio de la canonicidad, la crítica textual y la crítica histórica, el erudito está listo para hacer exégesis. La exégesis es la aplicación de los principios de la hermenéutica para arribar a una correcta interpretación del texto.
La teología bíblica es el estudio de la revelación divina como está dada a través del Antiguo y el Nuevo Testamento. Elabora la pregunta: "¿Qué agrega esa revelación específica al conocimiento que los creyentes ya poseían en esa época?" Trata de mostrar el desarrollo del conocimiento teológico a través de las eras del Antiguo y del Nuevo Testamento.
La teología sistemática organiza la información bíblica de una manera lógica antes que histórica. Trata de colocar junta toda la información sobre un tema dado (por ejemplo, la naturaleza de Dios, la naturaleza de la vida después de la muerte, el ministerio de los ángeles) de manera que podamos comprender la totalidad de la revelación de Dios para nosotros sobre ese tema.
Las esferas de la teología bíblica y la sistemática son complementarias: juntas nos dan una comprensión mejor que si cada una se estudiara aisladamente.
Cuando interpretamos la Biblia, hay diversos bloqueos a una comprensión espontánea del significado original del mensaje.
Primeramente, hay un abismo histórico por el hecho de que nos hallamos ampliamente separados en el tiempo de los escritores y los lectores originales. La antipatía de Jonás hacia los ninivitas, por ejemplo, adquiere un mayor significado cuando comprendemos la extrema crueldad y la pecaminosidad del pueblo de Nínive.
En segundo lugar, hay un abismo cultural que resulta del hecho de que hay diferencias importantes entre la cultura de los antiguos hebreos y la nuestra. Harold Garfinkel, el controvertido sociólogo y fundador de la etnometodología, sugiere que es imposible para un observador ser objetivo y desapasionado cuando estudia un fenómeno (que en nuestro caso es el estudio de la Biblia). Cada uno de nosotros mira la realidad a través de ojos condicionados por nuestra cultura y una variedad de otras experiencias. Para usar una analogía favorita de Garfinkel, es imposible estudiar personas o fenómenos como si estuviéramos mirando un pez en un acuario desde una indiferente posición fuera del acuario: cada uno de nosotros está dentro de su propio acuario.
Aplicada a la hermenéutica, la analogía sugiere que somos peces en un acuario (nuestro propio tiempo y cultura) mirando peces que están en otro acuario (los tiempos y la cultura bíblicos).
No reconocer aquel ambiente cultural o el nuestro, o la diferencia entre los dos, puede resultar en serios malentendidos del significado de las palabras o acciones bíblicas.
Un tercer bloqueo a la comprensión espontánea del mensaje bíblico es el abismo lingüístico. La Biblia fue escrita en hebreo, arameo y griego; tres idiomas que tienen estructuras y modismos muy diferentes de los nuestros. Considérese la distorsión en el mensaje que pudiera resultar, por ejemplo, frases como "endureció Dios el corazón de Faraón", que es un modismo hebreo que significa en ese idioma algo distinto de lo comunicado por la traducción literal.
Un cuarto bloqueo importante es el abismo filosófico. Conceptos acerca de la vida, de las circunstancias, de la naturaleza del universo difieren entre varias culturas.
Para trasmitir un mensaje de forma válida de una cultura a otra, el traductor o lector debe estar consciente de las semejanzas y los contrastes de las cosmovisiones. La hermenéutica es necesaria, entonces, debido a los abismos cultural, histórico, lingüístico y filosófico que bloquean una comprensión espontánea y exacta de la Palabra de Dios.
La doble paternidad literaria. La posición ortodoxa (sigue fielmente los principios de una doctrina o que cumple unas normas o prácticas tradicionales, generalizadas y aceptadas) de la Biblia es la de autoría confluente; es decir, los autores humanos y el autor divino trabajaron juntos (fluyeron juntos) para producir el texto inspirado.
Un cuarto de controversia en la hermenéutica contemporánea es el de si los factores espirituales afectan o no la capacidad de percibir con precisión las verdades contenidas en las Escrituras.
Una escuela de pensamiento sostiene que si dos personas tienen la misma preparación intelectual para hacer hermenéutica (instruidos en el idioma, la historia y la cultura originales), los dos serán buenos intérpretes.
Una segunda escuela de pensamiento sostiene que las Escrituras mismas enseñan que la consagración espiritual, o la carencia de ella, influye en la capacidad de percibir la verdad espiritual.
Romanos 1: 18-22 describe el resultado final de una continua supresión de la verdad como un entendimiento entenebrecido.
1Corintios 2:6-14 habla de la sabiduría y los dones que son posesión potencial del creyente, pero la persona no regenerada no los posee.
Efesios 4: 17-24 describe la ceguera a las realidades espirituales que padece una persona que vive según la vieja naturaleza, y las nuevas realidades que se abren al creyente.
1 Juan 2: 11 declara que el hombre que abriga odio experimenta una ceguera, resultado del mismo odio.
En conclusión, el significado de la Palabra de Dios está contenida en las palabras de las que Él es el autor, y que es innecesario recurrir a intuiciones espirituales que no tienen el apoyo de una comprensión de esas palabras.
Uno de los ministerios del Espíritu Santo es la obra de iluminación, de ayudar a los creyentes a entender el pleno sentido del texto bíblico.
El concepto de iluminación no necesita extenderse más allá de la obra del Espíritu de explicar el pleno sentido del texto.
Es probable que de todos los problemas de controversia con implicaciones para la hermenéutica uno de los más importantes que están debatiendo los evangélicos sea el de la infalibilidad de la Biblia.
Ese asunto ha dividido a los evangélicos (los que subrayan la importancia de una salvación personal por medio de Jesucristo) en dos grupos, que Donald Masters ha llamado evangélicos conservadores y liberales.
Los evangélicos conservadores son los que creen que la Biblia está totalmente sin error.
Los evangélicos liberales son los que creen que la Biblia no tiene error cuando habla de asuntos de salvación y de la fe cristiana, pero que puede tener errores en asuntos históricos y otros detalles.
Si Jesucristo es, como creemos, el Hijo de Dios, entonces su actitud hacia las Escrituras proporcionará la mejor respuesta al asunto de la infalibilidad.