Homilética
es el arte y ciencia de predicar para comunicar el mensaje de la
Palabra de Dios. Se estudia cómo organizar el material, preparar el
bosquejo y predicar efectivamente. Presenta a través del estudio de
sermones ejemplares un modelo útil para los que empiezan a lanzarse
al difícil arte de la predicación, mostrando cómo decir las cosas
de un modo claro y concreto.
El
sermón bíblico puede ser catalogado en tres clases:
TEXTUAL.-
el que se limita a exponer y explicar textos bíblicos.
La
costumbre de basar el sermón evangélico sobre un texto bíblico es
muy antigua y en gran modo recomendable. El texto bíblico da
autoridad divina al sermón.
Ju
10:25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras
que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;
Ju
10:26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os
he dicho.
Ju
10:27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
Ju
10:28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las
arrebatará de mi mano.
Ju
10:29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede
arrebatar de la mano de mi Padre.
Ju
10:30 Yo y el Padre uno somos.
TEMÁTICO.-
el que se basa sobre un tema o tópico.
Sermón
temático es la exposición de un asunto o tema bíblico, sin seguir
las líneas de un texto determinado, sino el conjunto de enseñanza o
doctrina que se encuentra en la Biblia sobre dicho tema. Usando
versículos paralelos, concordancias según guía del Espíritu
Santo.
Una
vez determinado el asunto sobre el cual el predicador desea hablar,
escogerá una porción bíblica adecuada al mensaje, y es preferible
si tiene también su texto, desde el cual procederá al desarrollo
del sermón; pero dicho texto formará la base, no el esqueleto del
sermón.
A
la gente le gusta ver que los pensamientos del predicador están bien
fundados en la Palabra de Dios, en la guía del Espíritu Santo.
Tema
: El Mesías prometido
Introducción.
— La promesa de un Redentor fue hecha a nuestros primeros padres
desde el momento de la caída; la Biblia va definiendo el carácter
de este enviado sin igual que vendría a efectuar la liberación
espiritual de la humanidad.
Desarrollo.
— Notemos sus características:
I.
Sería simiente de la mujer, lo que parece predecir su nacimiento
virginal: Génesis 3:15.
II.
Sería un descendiente de Abraham: Génesis 22:18.
III.
Sería un descendiente de David: 2.° Samuel 7:13.
IV.
Nacería en Belem Miqueas 5:2.
V.
Horadarían sus manos y sus pies: Salmo 22:16.
VI.
Sería contado entre malhechores: Isaías 53:9.
VI.
Pero enterrado en rica tumba: Isaías 53:9.
VII.
No quedaría en el sepulcro: Salmo 16:10.
Conclusión.
— Cristo ha demostrado ser el Mesías prometido y como tal debe ser
aceptado.
EXPOSITIVO.-
es el que comenta un pasaje bíblico, narración o parábola de la
Sagrada Escritura.
Lo
primero que tiene que hacer el predicador para preparar un sermón de
esta clase es leer el relato con suma atención, anotando los hechos
que más le interesen o contengan alguna aplicación práctica.
Formule
preguntas relacionadas con el hecho, como, por ejemplo: ¿Por qué
pronunció Jesús esta parábola? Probablemente hallará la
contestación en el contexto.
¿Qué
enseñanzas hay para los creyentes? Trate de aplicar en los detalles
o en la totalidad del pasaje.
¿Qué
enseñanzas hay para los creyentes? Trate de aplicar el pasaje a su
propio corazón y piense en las necesidades espirituales de su
congregación a la vez del pasaje leído.
Anote
las palabras principales de la narración busque su significado
espiritual. Por ejemplo: Si se trata de la parábola del sembrador,
las palabras clave serán: sembrador, semilla, terreno, espinas,
pedregales, aves, enemigo. Pregúntese y responda qué significado
puede tener cada una de ellas en el terreno espiritual.
Si
se trata de una historia del Antiguo Testamento como, por ejemplo, la
de Naamán, las palabras clave serán: lepra, profeta, criados, rey,
Jordán, limpio, etc. Y, aplicando el sistema de preguntas,
tendremos:
¿Qué
es la lepra? ¿Qué representa la lepra? ¿Quién era el profeta? ¿A
quién puede representar? Y así a cada uno de los personajes. Además
puede preguntarse: ¿Qué aprendemos de la conducta del profeta? ¿Y
de la del rey? ¿Y de los criados? ¿Y de la sirvienta? Con las
respuestas a todas estas preguntas tendremos bastante material
acumulado para un sermón, pero estará desordenado.
Antes
de entrar en las aplicaciones del sermón, se procura referir la
historia en un lenguaje vivo y dramático, sobre todo si hay en la
congregación personas que nunca la han oído.
Al
explicar la historia puntualice los detalles sobre los cuales quiere
basar aplicaciones espirituales.
Estas
tres clases se subdividen en muchas otras según el carácter o
procedimiento que se adopte para el arreglo del sermón.
Podemos
definir la gestación de un sermón en la siguiente forma:
1.
El predicador recibe la inspiración del asunto sobre el cual ha de
hablar como un mensaje especial de Dios para sus oyentes; como
respuesta a sus continuas oraciones pidiendo a Dios la inspiración
de mensajes apropiados a las necesidades espirituales de su público.
2.
Encuentra el texto adecuado que define el mensaje. (A veces la
inspiración del mensaje viene con el texto, sobre todo si el
predicador es un asiduo lector de la Palabra de Dios.)
En
otros casos querrá predicar sobre una doctrina bíblica y usará, no
uno, sino muchos textos en su apoyo, escogiendo como texto del sermón
el que mejor defina el mensaje o doctrina que desea exponer.
3.
Concentrará el mensaje en una frase corta que se llama tema.
4.
Lo definirá en varias proposiciones o divisiones principales, ya
sea usando las palabras o frases más prominentes del texto (sermón
textual ilativo), o siguiendo un plan lógico formulado en su mente
acerca de los pensamientos que el texto le sugiere (sermón
textual-tópico), o bien formará un plan que no tiene nada que ver
con las palabras del texto sino con algún mensaje o doctrina
bíblica, para el cual el texto le sirve solamente de introducción
(sermón tópico).
5.
Escribirá una introducción que despierte la atención y el deseo de
los oyentes para escuchar el desarrollo del mensaje. Acerca de esta
parte breve pero importantísima del sermón hablamos en un capítulo
especial.